A la hora de hacer un cuadro, siempre parto de una sensación, de algo que quiero transmitir y que va más allá de las palabras. En mi cerebro toma una forma visual, una apariencia plástica, un vislumbre del cuadro que será el modo en que pueda comunicar ese sentimiento, que para mí es casi un estado de conciencia. A partir de ahí busco en la realidad un modelo, generalmente un lugar, que se aproxime lo más posible a lo que he visualizado. Así pues, no me considero un pintor realista en el estricto sentido del término, ya que el pintor realista se deja fascinar por lo que tiene alrededor, por su mundo cotidiano, que es lo que plasma en su pintura. Yo, sin embargo, visualizo una imagen en mi interior y después intento hallarla o recrearla en la realidad, obteniendo un modelo a partir del cual poder trabajar. El lenguaje realista es el medio que utilizo, desde luego, pero no deja de ser un medio y no un fin en sí mismo. De hecho para mí es mucho más importante las calidades plásticas que pueda conseguir en un cuadro que el hecho de aproximarme más o menos al modelo representado.
Otro aspecto fundamental en mi trabajo es que considero que el propio tema de la pintura lleva implícita la técnica a utilizar en su realización. Al contrario que la mayoría de pintores figurativos, los medios técnicos que empleo para la creación del cuadro, (veladuras, rascados, frotados, texturas, etc.), varían de una obra a otra. Para mí cada nueva obra es una aventura, y es el propio cuadro, a través del aquí y el ahora del acto de pintar, el que va dictando las normas para su creación. Podría decirse que es la obra, tomando vida propia, la que va marcando el camino. Para trabajar de esta manera siempre hay que dejar una puerta abierta al inconsciente, ya que es el equilibrio entre lo consciente y lo inconsciente, desde mi punto de vista, lo que confiere valor a un cuadro.
Hablando del inconsciente, es curioso como analizando a posteriori las propias obras, uno puede encontrar aspectos de su experiencia vital reflejados de manera simbólica en las pinturas que ha realizado y, lo que es más importante, aspectos que van más allá de la propia experiencia vital. Miguel Ángel Moya
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