El cuadro Sol y Luna

Este cuadro tiene un significado absolutamente mágico para mí, por las circunstancias que concurrieron en su realización. Llevaba tiempo visualizando un espacio, y no acertaba a encontrar nada parecido en la realidad. Por casualidad leí en un periódico que se acababa de restaurar la cúpula del edificio de Correos, en Valencia, y en la fotografía que acompañaba al artículo reconocí el lugar que buscaba. Fui, lo fotografié y empecé a trabajar en el cuadro. Cuando lo terminé encontré que no me convencía, que faltaba algo, así que, instintivamente, añadí primero una figura masculina, luego una femenina y, finalmente, un hombre de Vitrubio, bajo el cual escribí unos textos, imitando la disposición de los de Leonardo.

Poco después, por esas casualidades de la vida, contacté con un especialista en arquitectura sagrada de la antigüedad. Le enseñé el cuadro y le comenté que lo había realizado de manera instintiva, sin saber lo que significaba. Al verlo me explicó que lo que había plasmado era un reflejo de la disposición de una catedral gótica. Las mujeres se sentaban en los bancos de la izquierda, los hombres en los de la derecha y, más allá, bajo la cúpula, oficiaba el sacerdote-andrógino(hombre de Vitrubio). Lo que ocurría, me dijo, es que en mi cuadro las figuras masculina y femenina estaban al revés.

Tiempo más tarde, leí que el arte occidental plasmaba en sus imágenes algunos conceptos religiosos invertidos, como en un espejo, ya que mientras en Oriente el hombre puede ser la divinidad, en occidente sólo puede ser un reflejo de ella.

Lo más curioso es que si ponía mi cuadro frente a un espejo sucedía algo aparte de invertir las figuras masculina y femenina. Los textos bajo el hombre de Vitrubio también se invertían, y quedaban igual que si hubieran sido escritos por Leonardo, ya que él escribía de manera especular, de derecha a izquierda.

Miguel Ángel Moya

Bajar   Subir   Atrás